Stephen King dijo una vez que las pesadillas no están sujetas a la lógica, no tiene sentido explicarlas. La explicación es la antítesis de la lírica del miedo. En una historia de terror la víctima no deja de preguntarse: ¿por qué? Sin embargo no hay explicación. No debería haberla. El misterio sin respuesta es el que perdura, el que acabamos recordando.
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