Crítica: Expediente Warren: the conjuring

EXPEDIENTE WARREN: THE CONJURING

Tras ver la que, hasta ahora, es la última película de James Wan (a la espera de que en octubre llegue la segunda parte de Insidious) puedo afirmar que este director sabe hacer buenas películas de terror, casi al estilo clásico, pero sin olvidarse de innovaciones y conceptos genuinos. Wan, que ya nos asustó con grandes películas como Saw, Silencio desde el mal o la propia Insidious, mantiene aquí algunos de los elementos de su estilo de hacer cine: la muñeca Annabell, las niñas, la música acertada en todo momento... aunque le falta un toque que siempre han tenido sus películas: un final sorprendente. No quiero desvelar nada, pero a mí por lo menos el final me ha parecido sosillo.



Expediente Warren: the conjuring relata uno de los casos paranormales que el matrimonio Warren investigó en la década de los 70, en concreto, a un familia compuesta por 7 miembros (tenían 5 hijas) que estaban viviendo fenómenos extraños en su hogar. Vera Farmiga y Patrick Wilson bordan sus papeles, sobre todo ella, que con gestos te hace tener miedo de verdad. También aparece en la película, Lili Taylor, que logra transmitir muy bien el miedo y el sufrimiento que padece como madre. Tal vez esperaba que los demás secundarios tuvieran más protagonismo, pero bueno, están un poco por rellenar, sobre todo el padre y el policía, que no tienen apenas diálogos o escenas remarcables.

El guión es muy bueno, muy sólido, por lo que recomiendo esta película a todos los amantes del cine de terror y a todos los que quieran pasar miedo en una sala de cine. Su éxito en Estados Unidos ha sido muy grande, por lo que ya se están planteando la secuela, algo inevitable hoy en día ¿no creen?

Le concedo a esta película 4 estrellas sobre 5. ****