Disfrazado de vendedora de manzanas acudo a la reunión empresarial. Los doce socios se quedan anonadados, pero pronto se empiezan a reír.
Antes de comenzar, reparto una manzana a cada uno de ellos y las devoran, mientras siguen comentando lo acertado que es mi disfraz. Entonces hago un anuncio:
-Como Presidente de esta empresa, voy a hacer un despido al azar.
Todos se quedan petrificados. Yo los observo, paciente. Espero a que se desmaye mi Blancanieves particular, aquel que ha cogido la manzana envenenada.
Qué crueldad, que mente más perversa, qué bien expresado.
ResponderEliminarLuis.